Vacunas

Un niño recibiendo una vacuna por parte del médico.

Las vacunas pueden ayudar a proteger a lactantes y niños pequeños de enfermedades específicas que pueden causar daños irreversibles a su salud e, incluso, la muerte. 

Enfermedades, tales como la poliomielitis, el sarampión, la difteria y el tétanos, son solo algunas de las enfermedades prevenibles contra las que las vacunas protegen. Además de proteger al niño de complicaciones peligrosas, la vacunación de los niños puede reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

Algunos padres/cuidadores pueden estar preocupados por la seguridad de las vacunas para sus hijos. Las vacunas se prueban y supervisan ampliamente para su seguridad antes e, incluso, después de que hayan sido aprobadas para su uso. Si bien cualquier medicamento puede causar efectos secundarios, las vacunas son mucho más seguras que las enfermedades que previenen. Hable con su proveedor de atención médica antes de vacunar a su hijo y aborde cualquier inquietud que pueda tener. Informe al médico o enfermero si su hijo está enfermo, tiene alergias o ha tenido una mala reacción a vacunas o medicamentos en el pasado.

Investigaciones científicas extensas no han encontrado una conexión entre las vacunas y el autismo. Para obtener más información sobre las vacunas, visite los siguientes sitios: